Revisando la historia del trabajo, en particular de los trabajadores, vemos que en el siglo XIX y, a partir de las consecuencias inmediatas de la reciente Revolución Industrial comienza a vivirse una difícil situación laboral de la nueva clase trabajadora. En muchos casos los obreros soportaban largas y agotadoras jornadas de trabajo en pésimas condiciones de temperatura, humedad, carencia de luz, la salud se veía afectada y los ánimos comenzaban a alterarse.
Es en esta situación que surgen organizaciones humanas tendientes a poner remedio a las desfavorables condiciones del trabajo. De éstas, las mutualidades son las principales que tienden al bienestar humano y a la prevención colectiva.
Si bien todo esto comenzaba con la industrialización en Europa, pronto se extendería a todo el mundo y, por lo que a nosotros nos interesa a América, a nuestro país y, en particular a nuestra provincia.
San Juan se ha caracterizado siempre por protagonizar una riquísima historia política y social, es, en esta realidad donde surge la primera organización social de ese tipo:
La “Sociedad de Socorros Mutuos Obreros del Porvenir”, fundada el 20 de Junio de 1875 por el artesano carpintero Don Juan Onofre Aubone. En esa fecha fueron aprobados sus Estatutos y reconocida su personería jurídica por el Poder Ejecutivo, reorganizada luego en 1882 siendo los fines los expresados en su artículo segundo del reglamento: “Tiene por objeto procurar la instrucción, moralidad y bienestar de sus asociados a fin que puedan cooperar eficazmente al bien público”.
Cuando surgen estas Sociedades no existían leyes sociales perfeccionadas como son los seguros, leyes protectoras de trabajo, pensiones a la vejez, jubilaciones obreras, etc. Así, estas organizaciones suplen ese vacío a través de la ayuda mutua.
Desde sus comienzos las normas eran respetadas por todos los socios, que se propusieron reglamentar la Institución, y así lo hicieron, redactando los Estatutos de la Sociedad Obreros del Porvenir, que fue un modelo para la época.
En este Estatuto, compuesto por varios Títulos y su articulado correspondiente, figura su Título XVI: De la Escuela, en el que fomenta la creación de la Escuela de Artes y Oficios anexa a esta Institución.
Habiéndose dado todos los pasos previos, la Escuela se inaugura el 10 de Agosto de 1915, siendo su primer Director el señor Jacinto Gonzalez, quien en su gestión obtendrá un subsidio del Gobierno de la Provincia por la cantidad de 8.000 pesos, que se destinan a la construcción de nuevas aulas para la Escuela. Era Secretario de la misma otro destacado socio: el señor Arturo Pechuán. Además del curso elemental de primeras letras se dictaban cursos de:
Dibujo Artístico; Carpintería Manual; Dibujo Lineal; Corte y Confección; etc.
Si bien la Escuela se crea este año, en el ideario de los integrantes de la Sociedad ya figuraba la intención desde su fundación. Ejemplo de ello es la creación de una Biblioteca ya en el año 1896.
Tanto la Escuela como la Biblioteca tuvieron dificultades para su funcionamiento debido a los apremios económicos, pero el gran esfuerzo y dedicación que ponían de manifiesto los asociados era permanente, y esto con el tiempo, daba sus frutos.
A través del tiempo, la Escuela agrega cursos nuevos adaptados a la realidad del medio laboral sanjuanino, a su vez se va adaptando a la nueva legislación escolar, dependiendo de las distintas normativas emanadas del Ministerio de Educación correspondiente.
En 1967 por Decreto Provincial se incluye la Escuela Nocturna de Artes y Oficios Obreros del Porvenir a la nómina de establecimientos privatizados, dependientes de la Inspección de Enseñanza Privada, Ley Nº 3.335.
Desde sus comienzos, tanto la Sociedad Mutual propietaria como la Escuela anexa han sorteado distintas épocas de denodados esfuerzos, dedicación plena, muchas horas de trabajo dedicadas a la noble tarea de educar a aquellos jóvenes y adultos que quieren perfeccionarse en un horario, nocturno, que no interfiera con sus respectivos trabajos.